San Pío de Pietrelcina, más conocido como Padre Pio, fue un sacerdote capuchino y místico Italiano conocido por sus estigmas y habilidades sobrenaturales. En su tiempo estuvo envuelto en varias controversias e investigaciones en torno a sus rumoreadas capacidades milagrosas que lo llevaron a ser vetado de cualquier labor eclesiástica por más de 30 años. Una de esas investigaciones consistió en colocar micrófonos ocultos en su cuarto, confesionario y la sala de visitas de su hospital con el fin de grabar cualquier conversación comprometedora. Los encargados del espionaje enviaron las grabaciones a la Santa Sede, pero el paradero de las mismas es actualmente desconocido.
Historia[]
Pío de Pietrelcina, un fraile cabuchino de San Giovanni Rotondo, Italia, aseguraba haber recibido visiones y apariciones de carácter sobrenatural desde 1911. Años más tarde, el 20 de septiembre de 1918, aparecieron en él sus conocidos estigmas, que consistían en heridas en sus manos, pies, costado izquierdo y hombros. Los estigmas fueron visibles durante 50 años hasta el 20 de septiembre de 1968, cuando desaparecieron sin dejar cicatrices visibles sobre su piel.[1] La noticia sobre que el padre Pío tenía los estigmas se extendió rápidamente. Muy pronto miles de personas acudieron a su monasterio para verle, besarle las manos, confesarse con él y asistir a sus misas. Al mismo tiempo llamó la atención de Vaticano, quienes se mostraron exceptivos ante tales afirmaciones.
Cinco médicos investigaron las heridas del Padre Pio, llegando todos a la conclusión de que eran reales, pero discrepando sobre su origen. Luigi Romanelli, Raffaele Rossi y Amico Bignami no llegaron a una conclusión; Agostino Gemelli aseguró que la heridas podrían haber sido causadas por el propio Pio usando acido carbónico, ya que tenían el carácter de heridas por erosión; mientras que Giorgio Festa estaba seguro que eran de origen milagroso. El Vaticano llegó a la conclusión de que eran un fraude y en 1924 le prohibieron a Pio realizar misas publicas.[2] El veto se levantó a mediados de los años 60s.
Espionaje[]
A pesar de las sanciones de la Santa Sede, en 1956 fundó la Casa Alivio del Sufrimiento, un hospital situado en San Giovanni Rotondo por el que Pio tuvo que realizar un voto de pobreza para que el Vaticano le permitiera administrarlo. Sin embargo, en 1959, empezaron a salir reportes donde se le acusaba de malversación de fondos y otras irregularidades. En respuesta, un grupo de opositores, entre los que se encontraba el Padre Giustino, instalaron una serie de micrófonos en el hospital para así grabar lo que Pio hacía durante el día.[3]
El primer micrófono se instaló en una ventana que separaba el convento de la sala de visitas del hospital, los otros dos micrófonos se instalaron en su confesionario y en su habitación. El espionaje duró cuatro meses, desde el 11 de mayo de 1960, hasta agosto de ese mismo año.[4] Se grabaron en total 36 cintas de audio. Según el Padre Giustino y el fraile Masseo, encargados de las grabaciones, en una de ellas se podía escuchar al Padre Pio hablando de manera "algo romántica" con una hermana del convento y también lo que parecía ser un beso.[3] Sin embargo, el Padre Amedeo da San Giovanni Rotondo, quien pudo escuchar la cinta, informó:
“La voz grabada era tan débil que solo pude captar unas pocas palabras, y nunca una oración completa. Y presté atención, pero no escuché ningún sonido de beso”.[3]
En agosto de 1960, el Padre Pío descubrió el micrófono oculto en su habitación y cortó el cable con una navaja, tras lo cual buscó a su amigo Francesco Morcaldi, quien filtró la noticia a la prensa.
Repercusión y destino de las grabaciones[]
El padre Giustino recopiló las grabaciones y se las envió tanto al Santo Oficio como al Vaticano. No se sabe si el Papa San Juan XXIII, uno de los principales opositores de Pio, llegó a escuchar las cintas.
En respuesta al escandalo de espionaje, el Santo Oficio envió ese mismo año al padre Carlo Maccari para investigar a Pio. Tras nueve visitas y entrevistas con el fraile y escuchar las grabaciones, Giustino llegó a la conclusión de que Pio era corrupto y había roto tanto el voto de castidad como de pobreza en su hospital, el cual describió como "una organización vasta y peligrosa". Finalmente se le quitó la administración de hospital y a sus seguidores se les recomendó no asistir a sus misas ni confesarse con él. Pero estos se negaron a seguir las recomendaciones.[3]
Tras el informe de Maccari, el Papa San Juan XXIII solo se limitó a lamentarse por Pio, diciendo en algunas cartas que lo consideraba un "ídolo de paja" y que rezaría por él.[5] No se tiene certeza del destino de las grabaciones tras el escandalo, pero es posible que se encuentren guardadas entre los archivos de Santo Oficio, si es que no desaparecieron con el paso de tiempo.
Referencias[]
- ↑ https://observandoelparaiso.wordpress.com/2013/11/07/los-estigmas-del-padre-pio/
- ↑ https://www.ewtn.com/es/catolicismo/santos/fechas-importantes-en-la-vida-del-padre-pio-15728
- ↑ 3,0 3,1 3,2 3,3 https://www.caccioppoli.com/Padre%20Pio%2073-81%20('60-'68).html#_ftnref7
- ↑ https://caccioppoli.com/Close%20encounters%20of%20the%20special%20kind%20of%20Padre%20Pio%20with%20inquisition%20(1959-1963).%20Last%20years%20and%20death%20in%20San%20Giovanni%20Rotondo%20(1958-1968).html
- ↑ http://www.italiausa.com/ra/3563.htm