Sin dejar rastros fue un largometraje animado creado por Quirino Cristiani en 1918. Se considera la segunda película animada de la historia, solo por detrás de El apóstol. El guion fue escrito por Cristiani junto a José Bayoni.[1]
Argumento[]
Sin dejar rastros está basado en el hundimiento de la goleta Monte Protegido, un episodio ocurrido durante la Primera Guerra Mundial por parte de un submarino alemán, lo que provocó en el país una ola de apoyo a los aliados que presionaban al gobierno a dejar la neutralidad ante el conflicto.
Della Valle y Fauvety, presidente de Gath & Chaves, le propuso a Cristiani realizar una película basado en aquel suceso. Él empresario dio su financiamiento dejando el apartado artístico a Cristiani.
En palabras del propio Cristiani:
Era una película muy divertida, en la que contaba el episodio en clave cómica y ponía en peligro al plenipotenciario prusiano.2 Era bastante atrevida, también; la política internacional era el tema más candente de la política interna, y yo había mantenido mi irreverencia sin amordazarla.
Repercusión[]
La película causó revuelo en su momento por lo atrevida que era, ya que mostraba que el hundimiento había sido realizado a propósito, postura que el gobierno quería evitar. A pesar de la controversia, la misma no tuvo el mismo éxito que su predecesora y sólo duró un día en cartelera.[2]
Es debido a esto que la única copia fue confiscada por el Ministerio de Relaciones Exteriores después de su primera y única exhibición. No se sabe el destino de la misma, aunque se cree que fue destruida por pedido del presidente Hipólito Yrigoyen al igual que las demás películas de Cristiani.
Véase también[]
- El apóstol (película argentina perdida; 1917)
- Peludópolis (película animada argentina parcialmente encontrada; 1931)
- Quirino Cristiani (filmografía animada parcialmente encontrada; 1916-1943)